Cuando hablamos del agua solemos pensar en si es incolora o insípida. A pesar de ello, lo cierto es que la movilidad de una ciudad a otra no siempre determina que cobre sentido este aspecto. Con ello, estamos hablando de que el sabor de un agua en un lugar tiene un sabor más neutro que en otro. Asimismo, el hecho de que existan diferentes tipos de dureza del agua en nuestro país, incide también en nuestras vidas.
¿De qué manera afecta a nuestra vida la dureza del agua?
El grado de dureza que tenga el agua es un aspecto que se puede medir y que varía en función de cuál sea la calidad del agua, el tratamiento de la misma, así como las características del subsuelo desde donde proceda. Con ello, en nuestro país encontramos distintos tipos de agua con índices de dureza que son variables y que pueden cambiar tanto en comunidades autónomas como en localidades que se encuentren dentro de ellas.
Sin duda, el primer efecto de estos diferentes grados de dureza se determina por la calidad de consumo. A pesar de que son aptas para el consumo humano, la composición de los elementos que lleva el agua determina tanto el sabor como su digestión. El hecho de que haya un grado mayor o menor de dureza también influye en la suavidad de nuestro cabello y nuestra piel al meternos en la ducha e incluso al estado de nuestra ropa.
Uno de los aspectos es el grado de cal que incorporan y que origina graves e importantes problemas en electrodomésticos que emplean el agua como suministro y que afecta a las conducciones generales de abastecimiento.
Las mejores y peores aguas de nuestro país
Hablaremos de las aguas más blandas y más duras por comunidades autónomas. En el caso de aguas muy duras, encontramos la comunidad valenciana, la parte más oriental de Cataluña, la provincia de Albacete, Murcia, Almería, parte de Granada, Cádiz, localidades de Madrid, La zona oriental de Tenerife, de Mallorca y por último, Menorca y Santander.
En cuanto a aguas duras, encontramos el resto de la comunidad autónoma de Andalucía, parte de Castilla la Mancha y Extremadura. Asimismo, zonas de Aragón y Cataluña también tendrían este tipo de aguas.
Por otro lado, encontramos las aguas blandas. En este caso, se hallan en Navarra, gran parte de Galicia, Castilla y León, Castilla La Mancha, Madrid y Extremadura. En cuanto a las aguas media, podemos encontrarlas principalmente en Cuenca, Guadalajara, Cáceres, Palencia, Burgos, Gijón, Huesca, Lleida, Vitoria o Figueres.