¿Alguna vez habéis escuchado noticias sobre la “pluma de inodoro”? Para quienes no lo sepan, se trata de un géiser de partículas contaminadas que estalla en el momento en que pulsamos el descargador para tirar de la cadena. Es una forma más para que los gérmenes y hongos se esparzan en nuestro cuarto de baño. ¿Cómo podemos mantener nuestro baño limpio y evitar que se esparzan estos gérmenes? En este artículo destacamos algunos trucos y consejos para ello.
Limpiar la ducha es fundamental
Nuestra piel muerta, gérmenes y en definitiva, suciedad, termina en la ducha. Por este motivo, existe una gran variedad de hongos y bacterias que prosperan en ella y a fin de cuentas, en el cuarto de baño. Asimismo, los residuos propios del jabón, la desincrustación a causa del agua dura y la piel exfoliada, también se pega en las superficies.
Dichos contaminantes no son únicamente difíciles de eliminar, sino que también se convierten en un hábitat perfecto para bacterias y hongos. Lo más idóneo es desinfectar las paredes de la ducha, la palangana y las cortinas y puertas después de cada uso. Es preferible dejar la cortina y la puerta abierta para que todo se seque más rápido.
Por otra parte, tal y como hemos anunciado en otros artículos, el mayor peligro para nuestro baño reside en que no cerremos la tapa del inodoro. La mayoría de los gérmenes no sobreviven una gran cantidad de tiempo en el asiento y necesitan una apertura en la piel para alcanzarla. Sin mebargo, es cierto que la bacteria de E. Coli sí se puede desarrollar dentro y alrededor del inodoro, por lo que es recomendable contar siempre con un desinfectante.
Cerrando la tapa del inodoro, conseguimos evitar que la pluma se propague en un radio de cerca de dos metros, infectando todo lo que encuentre a su alrededor (cepillos de dientes, peines, etc.).
Por otro lado, otra zona donde hay una gran cantidad de gérmenes es el grifo del lavabo, ya que solemos tocarlo con las manos sucias. Debemos limpiar con vinagre o agua caliente la rejilla que se encuentra en el grifo y que limita el flujo del agua.
No hay que olvidarse de introducir las toallas en la lavadora una o dos veces semanales. Lo mejor es lavarlas con agua caliente y lejía para desinfectar correctamente.
A veces las bacterias encuentran otras zonas donde poder desarrollarse. En este caso, las ballenas desinfectantes son perfectas para erradicar gérmenes en interruptores de la luz, pomos de puertas y grifos. De este modo, se impide que se transmitan de una persona a otra.
Gracias a todos estos trucos y consejos, conseguiremos que nuestro baño esté limpio y saludable, reduciendo en gran medida la propagación de distintas enfermedades.